lunes, 4 de abril de 2011

"Gang bang, abierto hasta la hora del ángelus"

Recibí el otro día, en respuesta a "Héctor Meleiro y las Nazis de la complutense" un comentario anónimo de lo más interesante. Y cito:




Los católicos también hacen esas cosas, a ver si los malos solo van a ser los de siempre... http://www.elcorreo.com/alava/rc/20110401/cultura/interrumpen-obra-teatro-barcelona-201104010945.html




Pinché en el link y leí un par de artículos publicados en varios periódicos digitales. Cómo no, vi también el video, en el que un personaje visiblemente exaltado salta al escenario durante la representación y se pone a berrear como un autentico animal mientras amaga con golpear con una banqueta al reparto de “Gang bang, abierto hasta la hora del Ángelus”.


Debo decir, como cristiano, que la actuación de este tipo es vergonzosa. Pero lo es por las formas, no por el fondo. Digo con esto que desapruebo la manera violenta y descerebrada que tuvo de expresar su indignación, no el hecho de que se decidiera a expresarla.


Solo es necesario fijarse el título de esta obra para confirmar que está pidiendo polémica a gritos, probablemente porque el guión y la puesta en escena deben ser más bien mediocres. Aventuro esto porque no se me ocurre ninguna otra razón en virtud de la cual el ideólogo de este esperpento ha podido decidir bautizar a su espectáculo de una forma tan irrespetuosa e insultante.








El ángelus es una oración que se reza a la virgen María cada mediodía para conmemorar el momento de la anunciación del arcángel San Gabriel. Un gang bang es una orgía en la que muchos hombres se follan violentamente a una sola chica. Unir estos dos conceptos en una frase molesta, y mucho. Y no precisamente a los aficionados al porno.


Imagina, lector, que escribo y titulo una obra de teatro de la siguiente manera:

¡Semen a borbotones en la cara de la madre de …(tu nombre y apellidos)…!


Después monto la obra y la represento en un teatro catalán, subvencionado con dinero proveniente de los impuestos de todos los españoles.


A ti no te haría ninguna gracia. Posiblemente, interrumpir enfurecido una representación sería lo más suave que se te ocurriría hacer. Protestarías, y mucho. Y tendrías todo el derecho del mundo porque, aunque a mí tu madre me la traiga floja, no tengo ningún derecho a vejarla de esa ni de ninguna otra manera. Y menos a lucrarme con ello.


Querido lector: Para los cristianos, María es nuestra madre.


-“¡Pues que chorrada!”



Pues sí. Pero es lo que creemos. Y tenemos DERECHO, según la legislación vigente, a creerlo. Igual que tú tienes derecho a creer en el Banco de España o a comprar un Hummer Lumusina (que son cosas que yo nunca haría, pero tengo obligación de respetar).


Tengo entendido, pese a que no he tenido la ocasión de asistir al espectáculo, que durante el mismo se parodia la consagración. De verdad, me INDIGNA que se subvencione esto con mi dinero. Es como comprar un palo para que te aticen: una auténtica putada.


Me vienen a la cabeza bastantes comportamientos, políticos, empresas e ideas que me dan asco y a las que me encantaría ridiculizar con apoyo institucional. ¡Pero no quiero hacerlo! Porque creo que las personas DEBEN PODER vivir en un mundo en el que se respete al contrario y no sé le agreda por discrepar. Aún así, aunque quisiera, ¡no podría! ¿Quién iba a concederme una subvención para sacar adelante semejante proyecto?


Entonces ¿por qué todos pueden joder con mi fe y yo no puedo cagarme en ciertos individuos de una manera igualmente injuriosa sin enfrentarme a una demanda judicial? ¿Qué pasa con la Iglesia? Se ataca y falta al respeto a sus devotos mucho más salvajemente que a los fans del Reiki. ¿Es esto lógico? Porque, si podemos entender que la gente tiene derecho  disfrutar con sus limpiezas de aura, ESTAMOS OBLIGADOS a aceptar que unos seres humanos decidan creer en un señor con barba que les cuida desde el cielo.


El anónimo que dejo el comentario con el que se abría esta entrada da a entender que juzga comparable asaltar y profanar una capilla, en la que hay gente rezando sin meterse en la vida de los demás, con reventar un espectáculo que, de manera ruin y oportunista, hace mofa de las creencias de muchos para conseguir presencia en los medios mientras paga las cuentas con el dinero de nuestros impuestos.


Mi respuesta es NO. No es comparable. Y si afirmo, como he afirmado más arriba, que el energúmeno que interrumpió “Gang bang” merece el mayor de los desprecios, imaginad que opino de quién actúa movido por la sola intención de intimidar y coartar la libertad religiosa de sus iguales.


De todas maneras, y como dato curioso, la figura del “reventador” de representaciones ha existido siempre. Se dice de don Ramón María del Valle Inclán que ir a gritar y patear durante los estrenos de los autores que le disgustaban era una de sus más curiosas aficiones. Seguro que él también la hubiera montado en “Abierto hasta la hora del Ángelus”.








Y no por que fuese muy beato precisamente.









comiendodetergente.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Saludos.

    Al principio lamenté, como católico, la actitud de estos dos desalmados. Sin embargo, con todos los datos recopilados uno no puede dejar de pensar que se trata de un montaje para dar publicidad a una obra que es todo un fracaso de taquilla. Cómo no, se hizo el día en que estaban presentes las cámaras de TV, las de BTV. En mi blog muestro mis dos pareceres, el primero de lamento y el segundo de sospecha.

    Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Hola.
    Gracias por el aviso.
    Personalmente me da igual si hubo gritos diciendo "viva Franco" o si ha sido un montaje.
    Lo que no me da igual es que la derecha los católicos extremistas se rasguen las vestiduras ante una simple representación teatral. Como cristiano católico no me ofende en absoluto. Lo que me ofende es la simple existencia de grupos como e-cristians y toda la carcundia que apoya a la derecha política.
    Saludos.

    ResponderEliminar